EL PACIENTE A
Titulo: El paciente A
Autor: Eric Frattini
Editorial: Espasa
Sinopsis y valoración personal: Hace medio siglo Joachim Fest publicó una de las más importantes biografías sobre el dictador alemán, titulada Hitler. Entonces afirmó: "Esta es la versión más completa de los acontecimientos, que incluye todas las facetas de la vida de Adolf Hitler.. esta es la última palabra sobre este hombre, porque no habrá nuevas revelaciones sobre Hitler que aún no hayan sido de dominio público". Sin embargo, la desclasificación de todos los documentos de valor histórico relacionados con la Alemania nazi ha invalidado la afirmación de Fest.
Entre los millones de páginas, los investigadores descubrieron varios registros que hablaban sobre la salud del Führer y sobre la adicción a las drogas por parte de los miembros del ejercito alemán y del propio Adolf Hitler. Durante los últimos nueve años de su vida, Adolf Hitler, un hipocondríaco de toda la vida, tuvo como médico al doctor Theodor Morell.
Los cambios de humor de Hitler, la enfermedad de Parkinson que sufría, los síntomas gastrointestinales, los problemas de la piel y su constante declive hasta su suicidio en abril de 1945 están documentados en los minuciosos diarios de Morell. Conociendo las importantes decisiones que Hitler esta tomando y que afectaban a millones de personas, cabe preguntarse cómo se vio afectada su conducta por los numerosos medicamentos que tomaba, desde estimulantes hasta sedantes, desde hormonas hasta multivitaminas, desde esteroides hasta belladona y cocaína.
Mi valoración personal de "El paciente A" es de MUY
RECOMENDABLE, otorgándole 3 tréboles. Lo primero que quiero
destacar es la impactante portada de "El paciente A". Sin más prolegómenos
nos encontramos con el rostro impenetrable y serio de Adolf Hitler. Este
personaje histórico es uno de las figuras más reconocidas y controvertidas del
siglo XX. Siendo el dictador nazi que causó el inicio de la Segunda Guerra
Mundial, impulso el Holocausto judío, llegando a asesinar a más de 6 millones
de estos y responsable de la muerte de más de 17 millones de personas durante
el conflicto bélico. A pesar de su enorme relevancia histórica y de todo lo que
se ha escrito sobre él, de sus devastadoras y catastróficas decisiones, de sus
funestas ambiciones, poco se ha tratado su perfil como persona enferma, adicta
a los fármacos e incluso a las drogas recetadas por quien fue su médico de
cabecera, el doctor Theodor Morell. "El paciente A", (referencia a Adolf
Hitler) muestra una pésima salud desde su infancia, sufriendo ataques de
pánico, insomnio y depresiones, pero ninguno de esos motivos le encamina a una
valoración neurológica negativa, que pueda llevarnos a pensar que sufría brotes
de locura. Quizás esos pensamientos o referentes que tenemos de Hitler como
alguien enloquecido, ególatra, presuntuoso, insensible, inclemente y despiadado
se deben a su consumo diario y frecuente de una enorme variedad de fármacos y
drogas que incluían cocaína, anfetaminas, glucosa, testosterona, estradiol o
corticosteroides. Incluso existían fármacos (Pervitin) tolerados por el Tercer
Reich para ensalzar la fuerza, la resistencia y la eficacia en las unidades de
combate de la Wehrmarcht, que el propio Hitler consumió siendo más tarde prohibidos
por manifestar claros síntomas y cuadros de psicosis paranoide.
Si bien el perfil médico de semejante personaje me podría resultar a priori
indiferente, encontrarme en la portada el sello de Eric Frattini me exige leer,
conocer, estar al tanto y reflexionar sobre todo lo que este refutado
periodista, corresponsal de guerra, investigador, comunicador, escritor,
tertuliano, extraordinario conversador o filántropo humanista me revele entre
sus páginas. Eric muestra en todas sus obras una exhaustiva y pormenorizada documentación
que aporta a la obra credibilidad, verosimilitud, profundidad y sobre todo
veracidad. Todas sus obras ahondan temas de actualidad, de personajes o
momentos históricos relevantes y con enorme transcendencia para la humanidad y
sobre todo su narrativa es totalmente atractiva, logrando combinar esa tremenda
documentación con una precisión quirúrgica para escribir con un ritmo de novela
de acción que solo un extraordinario periodista sabe realizar. Finalmente, tal y
como sucede con todas las obras de Eric Frattini tras su lectura nos queda un
poso de reflexión, así como un gran aporte de historia y de misterio.