DONDE NAVEGA EL OLVIDO
Autor: Fernando de Artacho
Dicho todo esto pasamos a comentar su nueva aventura literaria: "Donde navega el olvido". Esta obra narra las vicisitudes de dos señoritos sevillanos (Pablo y Gonzalo) de acomodada situación social y económica a los que su distinguida familia obliga a estudiar en Salamanca debido a los escasos éxitos académicos vividos en su ciudad natal. En esta ciudad castellana conocerán a Justo, un sobrio estudiante castellano con el que prodigarán sus vidas a las juergas de juventud, a las pasiones, a los amores, a los desamores, a la amistad, al honor, las intrigas académicas, y en definitiva a los enormes cambios sociales que vivió España en el principio del siglo XX. La influencia de la cuna sevillana del autor, sus innumerables trabajos ligados a las familias y entidades sevillanas, sus valores, sus arraigados principios morales y éticos son un pilar constante en la obra de Fernando de Artacho y sin duda sirven como escenario principal de "Donde navega el olvido". La vivencia de nuestros protagonistas a lo largo de la novela nos desgrana pormenorizadamente el declive y la decadencia de una clase social en la que el honor, la amistad y el deber está por encima de cualquier cosa. Igualmente observamos en la novela la existencia de diferentes clases sociales y las necesidades de cada una de ellas.
Mi valoración personal de "Donde navega el olvido" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles. Es una extraordinaria obra donde se refleja el embrujo y la brillantez social de la época, la decadencia que comenzaba a principios del siglo XX, una fidelidad histórica encomiable, trabajada y bien documentada. La exactitud y el trabajo es tal que los personajes tienen nombres apropiados a su procedencia (Argimira me consta que es muy salmantino), sus vivencias y el rol social de cada estamento son propias del momento. Las ciudades en las que transcurre la novela pasan de ser testigos directos, a convertirse en protagonistas principales de la obra, donde tienen cabida los denostados valores del honor, la amistad, el compañerismo, la solidaridad, la empatía por el prójimo, una fuerte creencia religiosa, la lealtad, etc. Todo construido con una narrativa elegante, culta, diligente, muy documentada, con el ritmo correcto en cada momento de la novela y sobre todo donde el autor deja su impronta y la idiosincrasia personal construyendo una preciosa obra literaria, así como unos personajes trufados de matices personales del autor. Todos estos matices literarios, sobre todo las descripciones costumbristas de la época, me llevan a recordar alguna obra de Benito Pérez Galdós.
Ahora tan solo espero que en su próxima novela Fernando de Artacho tenga un poco más de suerte y respeto con las editoriales y cuente con la ayuda de su personal. Aunque de no ser así el autor podrá estar tranquilo que los amigos le seguiremos ayudando en la media de nuestras posibilidades para que sus novelas lleguen a casi todos los lugares donde una novela extraordinaria sea valorada por los lectores.
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