EL SIGLO DEL MILAGRO
Mi valoración personal de "El siglo del milagro" es de MUY
RECOMENDABLE, otorgándole 3 tréboles. Curiosamente en mis dos
últimas lecturas me he encontrado con personajes muy particulares que, luchando
contra todo tipo de adversidades, elucubraciones, intrigas incluso frente a su
propio destino son capaces de forjar sus sueños sin justificar los medios hasta
conseguirlos para su propio bien o en memoria de sus antepasados. Costoya construye sus
novelas con capítulos cortos que te atrapan y que sin apenas descripciones
superfluas e innecesarias para el desarrollo de la trama te mantiene ávido de
acontecimientos adentrándonos en la tumultuosa y bélica Hispania de los siglos
X y XI donde convivían diferentes reinos y culturas y donde la figura Diego
Gelmirez emerge fantaseando con crear una ciudad que perdure en el tiempo y sea
ejemplo y orgullo para la posteridad. Esa ciudad seria Compostela.
En "El siglo del milagro" el autor nos traslada al burgo
compostelano a principios del siglo XI para describirnos minuciosamente una Hispania
que era un auténtico hervidero de luchas, de intrigas, de alianzas, traiciones,
pactos y sobre todo violencia. Destacando social y económicamente el poder
desmedido de la aristocracia, de la nobleza, la curia eclesiástica sobre un
pueblo que vive en la ignorancia, el miedo y las constantes luchas entre
diferentes reinos o culturas. Donde los reyes viven por y para acumular poder,
riquezas o conquistar ciudades ya sea a costa de matrimonios de conveniencia entre
familiares o luchando en contienda bélica entre reinos vecinos y donde el papel de la
mujer queda postergado a un rol muy secundario. La curia no iba a ser menos.
Aprovechando el tráfico de reliquias y su posición privilegiada social y
fervorosa pretenden salvar al pueblo llano ávido de perdón, cargado de
ignorancia y miedos a base de obligarles a pagar diezmos por sus cosechas o por
transitar entre ciudades. Llegando incluso a falsear sobre la exactitud o
veracidad de muchas de las reliquias que poseían en sus iglesias y catedrales.
En la novela podemos ver a un personaje de carne y hueso como es Diego Gelmirez
que de ser un humilde hijo de soldado compostelano, inteligente, gran
diplomático, con poco fervor religioso, con un gran sentido de la amistad y el
honor, llegó a base de intrigas, mentiras, amistad, y mucho control de la
diplomacia y la política a ser nombrado obispo de Compostela, llegando a tener
en sus manos más poder que muchos nobles, consiguiendo coronar reyes y entronizar papas
o a reproducir y falsificar códices con la única intención de dar veracidad a leyendas
o reliquias de dudosa procedencia, en un momento en el que en Europa el tráfico
de estas era algo muy habitual para dar notabilidad y riquezas a la ciudad donde se encontraban
guardadas. Sin duda Diego antepuso los fines a los medios hasta conseguir la
promesa que le hizo a su padre convirtiendo Compostela y el camino de Santiago
en Roma o la mismísima Jerusalén, forjando la actual Europa.
Toda esta
amalgama de datos históricos lleva a Rodrigo a cimentar unas novelas a partir
de una trama principal y otras secundarias que no solo aportan interesantes y
novedosos aspectos históricos, políticos, sociales y religiosos al lector con personajes
reales y otros de ficción a los cuales a lo largo de la novela otorga mayor
humanidad y empatía, permitiendo que el lector sea participe en
primera persona del descubrimiento de instantes y situaciones históricas o
religiosas desconocidas.
A pesar de la extensión notable de las novelas de Rodrigo su lectura es ágil, entretenida basada en un extraordinario manejo y control de una minuciosa documentación. El autor sabe que una novela trufada de reyes, papas, intrigas palaciegas, robos de reliquias, falsificaciones, batallas, secretos, guerras, deslealtades, poder aristocrático, superstición religiosa, ignorancia y fanatismo entre otros matices es un magnifico caldo de cultivo para los amantes de las buenas historias que dejan poso con su lectura. Desde esa contumaz, exhaustiva y metódica documentación edifica una novela de aventuras ambientada en un marco histórico concreto, con unos diálogos apropiados, con constantes giros en los acontecimientos, unas descripciones ambientales certeras y sobre todo un extraordinario examen de la situación religiosa e histórica de Hispania y de Compostela en particular, invitando al lector a indagar sobre mitos, leyendas y situaciones históricas o religiosas que hasta ahora nos eran desconocidas o demasiado manidas. Todas las novelas de Rodrigo te obligan a reflexionar si lo hasta ahora leído, descrito y valorado históricamente era tan cierto como parecía o nos hacían entender o sin embargo puede haber nuevas lecturas de inadvertidos hallazgos históricos que te trasladen a dudar sobre lo establecido.
En ciertos momentos de la actualidad tendemos a pensar que estamos viviendo unos periodos nefastos en cuanto al desajuste social, político o económico, pero solo tenemos que disfrutar de lecturas como esta para darnos cuenta que ningún tiempo pasado fue mejor que el presente.
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