Mi valoración personal de "Yo, Templario" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles. Bajo una impactante y atrayente portada de un monje templario presentando su espada momentos antes de orar o de entrar en batalla nos encontramos una novela histórica que nos emplaza a la convulsa Europa del siglo XIII, en plena decadencia de la Orden del Temple.
Hace unos años se vertieron ríos de tinta sobre las vivencias y relatos legendarios de los templarios. Muy pocos eran los ensayos, o novelas que pudieron librarse del fragor de la moda siendo de verdad libros bien documentados y con rigor histórico. Tras esa debacle literaria para un amante de la literatura histórica, trufada de batallas, soldados, honor, respeto, camaradería o simplemente sentido de pertenencia, encontrarme con un libro como "Yo, templario" ha sido un auténtico placer. En el queda perfectamente forjado que ese sentimiento de formación y grupo prevalecía sobre el rol del individuo dándole mayor fuerza a la Entidad ya fuera eclesiástica o simplemente social o militar. En este aspecto no puedo dejar de recordar el éxito de los Tercios españoles donde prevalecía la importancia y permanencia del grupo frente al individuo.
La historia está narrada en primera persona por un joven sin linaje llamado Sunifred que tras varios años en la Orden se convierte en sargento. Encarnando la evolución de picarro desarraigado y abandonado a un caballero aguerrido, leal y lleno de dudas existenciales. Por otro lado, Hug de Monrós, de origen noble, marginado por su propia familia y de carácter austero. Entre los dos surge una relación construida en la combinación de rivalidad, respeto, honor, amistad y hermandad, sobre todo al ver peligrar sus vidas y la existencia de la Orden del Temple. La trama cargada de traiciones, conspiraciones, amenazas, batallas y saqueos nos invita a viajar desde Tortosa, a Tierra Santa, pasando por Occitania, Valencia e Italia. Siendo una novela muy coral en cuanto a personajes y que cualquier aspecto de la Orden Templaria es muy difícil de discernir entre leyenda y realidad, los personajes principales se muestran de carne y hueso, cada uno con sus miedos, sus dudas existenciales, sus secretos, pero todos con unos valores, de honor, amistad, enorme sacrificio, cargados de rutinas diarias que enriquecen mucho el valor de la novela.
Recrea con exhaustivo rigor documental e histórico las vestimentas, las armas, así como el lenguaje y los detalles cotidianos de la vida en el Siglo XIII. Logrando sumergir al lector entre el barro de las calles de Valencia o las escaramuzas en cualquier vereda hacia Tierra Santa.
"Yo, Templario", es una extraordinaria novela histórica, que sin convertirse en ensayo, nos muestra la vida de unos soldados del Temple, bajo una batuta literaria de equilibrada fidelidad histórica, un enorme y merecido atractivo literario, con una extraordinaria documentación, con personajes complejos y que evolucionan a lo largo de la novela, y sobre todo con un trasfondo emocional de los personajes que nos muestran sus conflictos personales a lo largo de toda la novela otorgándole un rico matiz al lector. Cuadrando todo esto hasta construir una novela atractiva que no cae en sensacionalismos históricos y con enorme rigor y fidelidad a la documentación.
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