INVENCIBLES
Datos Técnicos:
Título: Invencibles
Autor: Juan Pérez-Foncea
Autor: Juan Pérez-Foncea
Editorial: Almuzara
Comentario y Opinión Personal:
Tras una amena e
instructiva lectura de "El tercio
que nunca existió" (Ed. La esfera de los libros), me apetecía
continuar con este periodo de nuestra historia que varios historiadores y
geógrafos de talante anglosajón han tratado de ocultar. Como no podía ser de
otro modo, en el catálogo de la editorial Almuzara encontré una extraordinaria
ocasión en "Invencibles" de
Juan Pérez-Foncea. Desde hace muchos años nuestra verdadera historia y la de
nuestros personajes más ilustres e incluso anónimos, nos llega totalmente
distorsionada y deformada por la visión sesgada que han difundido numerosos
enemigos de nuestra cultura e historia. La mayor atrocidad histórica que nos
quieren imponer es el mal llamado desastre de la "Armada invencible",
pues si bien es cierto que supuso un considerable varapalo a nuestra armada en
ningún momento confirmó un desastre de tan magna consideración ni fue nunca
bautizada desde España como "Invencible" (invención de William
Cecil). De hecho, tras ese conflicto España durante la década posterior a 1590
conseguirá reestructurar su marina de guerra de tal manera que fue capaz de
transportar tres veces más mercancías entre América y Europa que en la mejor
década de otra época anterior. Otra consecuencia directa fue la firma de un
tratado muy favorable para los intereses españoles. Nuestro monarca Felipe II
nunca pretendió "conquistar Inglaterra" y mucho menos convertir a la
población inglesa al catolicismo. La verdadera intención del monarca y sus
consejeros fue detener el apoyo inglés a los insurrectos holandeses, así como
sus constantes ataques a galeones españoles y devolver su status a los
católicos ingleses e irlandeses. Es importante para el inglés medio y la
cultura anglosajona en general elevar dicha derrota como algo sanguinario y
legendario. Ninguna fuente anglosajona recuerda que en 1589 hubo una verdadera
"Contraarmada", formada por aproximadamente 200 navíos, con una
dotación extraordinaria y capitaneada por Sir Francis Drake, quien atacó La
Coruña y Lisboa y que le supuso una derrota tan relevante y abrumadora que la
propia reina de Inglaterra le prohibió volver a embarcar durante años. Es de
justicia recordar que fueron numerosos los contactos bélicos entre ambas flotas
que, aunque se contaron claramente a favor de España, sin duda debilitaron de
forma paulatina nuestras "menguadas" arcas al igual que le sucedió a
Inglaterra. Llevándolas a firmar sucesivas treguas y tratados de paz.
Mi valoración personal de
"Invencibles" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles. Como en obras anteriores
Pérez-Foncea ahonda en el espíritu español de la época, con una documentación
exhaustiva, a través de personajes reales, unas extraordinarias ambientaciones
y descripciones geográficas y contextuales que transportan al lector ávido de
aventuras página tras página a devorar el libro sumergiéndose como un soldado
más en la trinchera o en las troneras del barco para defender junto a sus
compañeros cualquier rincón de tierra española, unas veces como soldado de los
Tercios y otra como marinero de la Real Armada Española. Pérez-Foncea no
comente el error de escribir un farragoso ensayo histórico y construye una
novela de aventuras, honor, lealtad, valentía, juegos diplomáticos, violencia,
mentiras, deshonor, estrategias militares y otra amplia gama de sentimientos
humanos que despiertan en el hombre cuando se siente atacado o simplemente
cumple órdenes. "Invencibles"
rinde un merecido y admirable homenaje a todos aquellos soldados y aquellas
mujeres que dieron su vida bajo el grito de "Por el Rey y por
España", cuando ni el rey conocía sus existencias, ni España nunca les
devolvió ni les ha devuelto ni siquiera un poco de la honra y el honor entregado
por estos denostados y olvidados españoles, tanto hombre como mujeres.
El atractivo principal de
encontrarme una novela histórica como "Invencibles"
es recordar no solo la memoria de mi propia identidad sino conocer la historia
de mi país para conservar mi propia identidad, con sus luces y sus sombras.
Como denunció hace poco un premio Nobel centroeuropeo: "Para liquidar a
las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus
libros, su cultura, su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros
libros, les da otra cultura y les inventa otra historia. Entonces la nación
comienza lentamente a olvidar lo que es, lo que ha sido y el mundo circundante
lo olvida aún mucho antes"
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