miércoles, 16 de marzo de 2022

 INVENCIBLES

Datos Técnicos:
Título: Invencibles
Autor: Juan Pérez-Foncea
Editorial: Almuzara

Comentario y Opinión Personal: 
Tras una amena e instructiva lectura de "El tercio que nunca existió" (Ed. La esfera de los libros), me apetecía continuar con este periodo de nuestra historia que varios historiadores y geógrafos de talante anglosajón han tratado de ocultar. Como no podía ser de otro modo, en el catálogo de la editorial Almuzara encontré una extraordinaria ocasión en "Invencibles" de Juan Pérez-Foncea. Desde hace muchos años nuestra verdadera historia y la de nuestros personajes más ilustres e incluso anónimos, nos llega totalmente distorsionada y deformada por la visión sesgada que han difundido numerosos enemigos de nuestra cultura e historia. La mayor atrocidad histórica que nos quieren imponer es el mal llamado desastre de la "Armada invencible", pues si bien es cierto que supuso un considerable varapalo a nuestra armada en ningún momento confirmó un desastre de tan magna consideración ni fue nunca bautizada desde España como "Invencible" (invención de William Cecil). De hecho, tras ese conflicto España durante la década posterior a 1590 conseguirá reestructurar su marina de guerra de tal manera que fue capaz de transportar tres veces más mercancías entre América y Europa que en la mejor década de otra época anterior. Otra consecuencia directa fue la firma de un tratado muy favorable para los intereses españoles. Nuestro monarca Felipe II nunca pretendió "conquistar Inglaterra" y mucho menos convertir a la población inglesa al catolicismo. La verdadera intención del monarca y sus consejeros fue detener el apoyo inglés a los insurrectos holandeses, así como sus constantes ataques a galeones españoles y devolver su status a los católicos ingleses e irlandeses. Es importante para el inglés medio y la cultura anglosajona en general elevar dicha derrota como algo sanguinario y legendario. Ninguna fuente anglosajona recuerda que en 1589 hubo una verdadera "Contraarmada", formada por aproximadamente 200 navíos, con una dotación extraordinaria y capitaneada por Sir Francis Drake, quien atacó La Coruña y Lisboa y que le supuso una derrota tan relevante y abrumadora que la propia reina de Inglaterra le prohibió volver a embarcar durante años. Es de justicia recordar que fueron numerosos los contactos bélicos entre ambas flotas que, aunque se contaron claramente a favor de España, sin duda debilitaron de forma paulatina nuestras "menguadas" arcas al igual que le sucedió a Inglaterra. Llevándolas a firmar sucesivas treguas y tratados de paz. 
Mi valoración personal de "Invencibles" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles. Como en obras anteriores Pérez-Foncea ahonda en el espíritu español de la época, con una documentación exhaustiva, a través de personajes reales, unas extraordinarias ambientaciones y descripciones geográficas y contextuales que transportan al lector ávido de aventuras página tras página a devorar el libro sumergiéndose como un soldado más en la trinchera o en las troneras del barco para defender junto a sus compañeros cualquier rincón de tierra española, unas veces como soldado de los Tercios y otra como marinero de la Real Armada Española. Pérez-Foncea no comente el error de escribir un farragoso ensayo histórico y construye una novela de aventuras, honor, lealtad, valentía, juegos diplomáticos, violencia, mentiras, deshonor, estrategias militares y otra amplia gama de sentimientos humanos que despiertan en el hombre cuando se siente atacado o simplemente cumple órdenes. "Invencibles" rinde un merecido y admirable homenaje a todos aquellos soldados y aquellas mujeres que dieron su vida bajo el grito de "Por el Rey y por España", cuando ni el rey conocía sus existencias, ni España nunca les devolvió ni les ha devuelto ni siquiera un poco de la honra y el honor entregado por estos denostados y olvidados españoles, tanto hombre como mujeres. 
El atractivo principal de encontrarme una novela histórica como "Invencibles" es recordar no solo la memoria de mi propia identidad sino conocer la historia de mi país para conservar mi propia identidad, con sus luces y sus sombras. Como denunció hace poco un premio Nobel centroeuropeo: "Para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura, su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia. Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es, lo que ha sido y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes"

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