EL NARANJAL Y LA GARZA
Autor: Neus Arqués
Comentario y Opinión Personal:
En primer lugar, tengo que reconocer que "El naranjal y la garza" es la primera obra que me acerca a Neus Arqués. Con una portada tan sugerente y con la garantía de la editorial Pàmies, sin duda su lectura era una grata manera de introducirme en un periodo desconocido, sensible y poco novelado en la vida de Doña Juana de Castilla. Como buen amante de la novela histórica y castellana en particular, había leído varias novelas y ensayos de tan insigne personaje, hija de los reyes católicos y que entrelazo la casa de los Trastámara con los Habsburgo dando pie a los prolegómenos de la fundación del mayor imperio que ha conocido la historia. La novela narra las vicisitudes que sufre y vive la joven Doña Juana (con 16 años) tras zarpar de Laredo con destino a Flandes a conocer a quien sería su esposo Felipe de Habsburgo. Neus no solo se sale de los ideales establecidos sobre dicho personaje y su "posible esquizofrenia", que por otro lado era reconocida tanto por su madre como por su padre, sino que escribe un relato tranquilo y meditado poniendo el foco en la joven Juana y sus vivarachas y presumidas acompañantes. Antes de partir, la reina Isabel le regala a su hija un juego de cartas que plasman a las acompañantes y al resto de personal relacionado con doña Juana. Cada carta cuenta con cuatro suertes: un árbol, un refrán, un ave y un romance. Según la lectura de doña Isabel a su hija le pertenece el naranjo, por su próxima boda y la garza por su belleza. Al poco tiempo de su llegada a Flandes, doña Juana y sus damas de compañía se encuentran solas, desamparadas, sin dote o dinero que pueda colocarla en un lugar relevante en la corte, que por estirpe merecian. Las castellanas se encuentran en su exilio flamenco confabulaciones palaciegas, mentiras, crueldades, ostentación maquiavélica, dominio masculino de la situación matrimonial y social, pero sobre todo una soledad y una melancolía inhumana que se fragua en la figura de su marido Felipe de Habsburgo, quien solo pretendía "poseer" a la bella castellana y disputar a Fernando de Aragón la corona de Castilla y la hegemonía en Europa llegando a pactar con los archienemigos castellanos, la corona francesa. La soledad y desasosiego que reina en el círculo íntimo de la archiduquesa Juana es atenuado con el juego de cartas que sirve de escapatoria y vía de evasión. Me resulta gratamente atractivo el matiz de incorporar poemas del "Cancionero General" de Hernando del Castillo para enfatizar las posibilidades que puede conferir el juego de naipes. Otro aspecto que me resulta sugestivo y que no deja indiferente es la reiterada aparición de escenas sexuales, que se salen del prototipo de novela histórica de reinas o plucras y refinadas damas, llegando a narrar con bastante detalle la "pérdida de virtud" de doña Juana o las armas sexuales que explotan alguna de sus damas para tener rendidos entre sus brazos a personajes relevantes de la corte flamenca. Apartando por completo esa cultura timorata sexualmente que se le intuía a las castellanas, alejadas de la opulencia y libertinaje que navegaba en el centro de Europa, más abiertas a ideas menos estrictas sobre todo en el rol sexual, así como la compostura social y familiar de las mujeres ante los hombres.
Mi valoración personal de "El naranjal y la garza" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles. Me ha parecido muy valiente y didáctico el hecho de construir una novela histórica y cargada de dramatismo de un personaje tan manido, versado y novelado como Doña Juana de Castilla. Tratándolo con una visión novedosa, desconocida, con sus tristezas, sus melancolías, su soledad, su hastío ante el infortunio que le toca vivir, el sometimiento del que es presa en manos de todos los hombres que forman su círculo más cercano, su padre, su marido y más tarde su hijo, pasando incluso por sus ayudantes personales y en un periodo breve de tiempo de apenas cinco años. Nos narra con extraordinaria verosimilitud los enmarañados juegos políticos y palaciegos que vivió la archiduquesa castellana tras la unión de la casa de Trastamara con la de Habsburgo con el único fin de contrarrestar la posible hegemonía francesa en Europa. Pero el indiscutible éxito de la novela se encuentra en la versión que la autora da de doña Juana y de sus damas de compañía en su vida íntima, diaria, personal, sus secretos, sus miedos, sus inquietudes, sus ilusiones, sus sueños, sus pensamientos más secretos e íntimos y oscuros. Donde todas, sin excepciones, desde el primer día son conscientes del papel que les toca desempeñar, que no es otro que el de servir a la Corona de Castilla e intentar ser buenas señoras y esposas de sus señores y esposos. Encarnando el sometimiento, la resignación, la lucha por la supervivencia a las reglas impuestas por los hombres, los poderosos y una sociedad férreamente estamental en la que solo importa cumplir las órdenes prestablecidas, sin ser respetadas por su alcurnia y posición social por el simple hecho de ser mujeres y extranjeras. Sin duda en aquella época, bueno y la actualidad desgraciadamente también, el sexo tiene una relevancia extraordinaria, siendo el motor y argumentación para fraguar falsas lealtades o inciertos parabienes en el futuro. Neus no toca el tan manido tema de la "locura" de Doña Juana y si destaca en ella su carácter, su inteligencia, su sabiduría, su saber estar, su formación exquisita y sobre todo una cultura, una educación y una dureza sentimental y congestual digna de la mejor reina que le lleva a afrontar con absoluta entereza situaciones comprometidas, con un marido maquiavélico que solo pretendía generar y vivir en el poder y que nada ayudó a su desolada y melancolía mujer. En resumen "El naranjal y la garza" es una extraordinaria y valerosa novela histórica que rinde un merecido homenaje a un personaje relevante de nuestra historia con una documentación impoluta y una narración atractiva donde un juego de cartas toma un papel atractivo, sugestivo y que aporta una extraordinaria riqueza e intriga a la trama.
Muchas gracias por una lectura tan atenta, Juan Carlos. Tu valoración es reconfortante. Un saludo muy cordial
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