LICENCIA PARA ESPIAR
Datos Técnicos:
Comentario y Opinión Personal:
A lo largo de las anteriores novelas de Carmen Posadas hemos podido disfrutar de las vicisitudes de grandes y relevantes mujeres como la Duquesa de Alba, la Bella Otero y otras. En esta ocasión Carmen nos ofrece un apasionante recorrido por la historia, desde el Antiguo Testamento hasta la actualidad, presentando al lector una amalgama de mujeres que gracias a sus "armas" han sido capaces de influir eficazmente en acontecimientos decisivos. Carmen inicia la obra con las vivencias de la bíblica Rahab, cuya intervención resultó importantísima para conquistar la Tierra Prometida, más tarde nos narra la empresa de Catalina de Médici que llegando a formar un "escuadrón volante" para desentrañar las intrigas palaciegas y europeas del siglo XVI, o las gestas de mujeres españolas que se involucraron en complots significativos como la desconocida Caridad Mercader. Todas ellas aunaban inteligencia, astucia, discreción, sumisión, tesón, temeridad, valentía, e incluso hay lugar para la idealización, el compromiso, la heroicidad, las grandes patriotas, las malvadas y las chantajeadas entre otros motivos. Todas ellas, sin duda, han sido capaces de convertir el viejo oficio de espiar en un bello arte. El de vigilar, esperar, mirar, desentrenar miradas y gestos, estar sin ser descubiertas, ver sin ser vistas e incluso tener una extraordinaria red de contactos que te ayuden a conocer mejor al objetivo. La historia y las historias divulgadas han estado siempre en manos de hombres. Un caso destacadísimo es el del agente doble Juan Pujol, conocido como "Garbo", que fue capaz de engañar a los alemanes en la segunda guerra mundial abriendo las puertas a la invasión aliada en Normandía. Como este caso, otros muchos. En pocas ocasiones la historia se ha parado a valorar el papel abnegado, sumiso y extraordinariamente obediente que han ejercido las mujeres para realizar la tarea de espías. Papel que en muchas ocasiones le ha costado incluso enrolarse con el objetivo en unas circunstancias poco ortodoxas y que solo las mujeres serían capaces de llevar a cabo. Entre los casos que Carmen narra en “Licencia para espiar” me ha llamado poderosamente la atención el de las envenenadoras de la India. Mujeres que ponían sus vidas en peligro, incluso alcanzando a la muerte en muchos casos, con el fin de ser portadoras de venenos mortales, llegando incluso a matar a aquellos con los que simplemente se rozaran o tuvieran relaciones sexuales. Carmen también incide en el estrecho y arraigado vínculo que ha habido siempre, tanto en hombres como en mujeres, entre el periodismo y el espionaje.
Mi valoración de "Licencia para espiar" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles. La autora a lo largo de la obra nos detalla la evolución del espionaje en paralelo a la evolución social. Cada capítulo describe con extraordinaria claridad, de forma comprensible y concisa periodos concretos de la humanidad. Se percibe una construcción literaria basada en una impresionante y exhaustiva documentación de investigación, que según reconoce la propia autora: “no siempre fue amable y entretenida, pero siempre fue esclarecedora y aportaba matices que enriquecían la obra". No solo contribuye a la labor de espionaje de las mujeres que menciona, sino que hay lugar para unas magníficas descripciones de la vida cotidiana que rodeaba a nuestras mujeres. La novela es apasionante, entretenida y nos arrastra a seguir conociendo vivencias y secretos de sus personajes, pues a todos nos gusta mirar por el hueco de la cerradura de la puerta, poner el oído en la pared para curiosear la conversación del vecino o escuchar y ver a través del visillo de la ventana. Todos "somos unas porteras", refiriéndonos al oficio de conserje de fincas urbanas que era perfecto conocedor/a de todo lo que sucedía en su inmueble y de las vidas de sus vecinos. En su matiz sentimental “Licencia para espiar” es un merecido homenaje a esas anónimas, denodadas y en ocasiones desconocidas mujeres que contribuyeron con un papel relevante, incluso anteponiendo su rol a su propia vida, a la historia de la humanidad con total discreción y que nunca sean reconocidas. Me gustaría cerrar esta reseña recordando unas palabras que citó un espía retirado del CNI en la presentación de un libro en el Ateneo, cuando reconocía que captaba a sus ayudantes con las letras de la palabra “DICE”, es decir, Dinero, Involucración, Chantaje y Ego.
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