EL PACIENTE A
Mi valoración personal de "El paciente A" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 3 tréboles. Lo primero que quiero destacar es la impactante portada de "El paciente A". Sin más prolegómenos nos encontramos con el rostro impenetrable y serio de Adolf Hitler. Este personaje histórico es uno de las figuras más reconocidas y controvertidas del siglo XX. Siendo el dictador nazi que causó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, impulso el Holocausto judío, llegando a asesinar a más de 6 millones de estos y responsable de la muerte de más de 17 millones de personas durante el conflicto bélico. A pesar de su enorme relevancia histórica y de todo lo que se ha escrito sobre él, de sus devastadoras y catastróficas decisiones, de sus funestas ambiciones, poco se ha tratado su perfil como persona enferma, adicta a los fármacos e incluso a las drogas recetadas por quien fue su médico de cabecera, el doctor Theodor Morell. "El paciente A", (referencia a Adolf Hitler) muestra una pésima salud desde su infancia, sufriendo ataques de pánico, insomnio y depresiones, pero ninguno de esos motivos le encamina a una valoración neurológica negativa, que pueda llevarnos a pensar que sufría brotes de locura. Quizás esos pensamientos o referentes que tenemos de Hitler como alguien enloquecido, ególatra, presuntuoso, insensible, inclemente y despiadado se deben a su consumo diario y frecuente de una enorme variedad de fármacos y drogas que incluían cocaína, anfetaminas, glucosa, testosterona, estradiol o corticosteroides. Incluso existían fármacos (Pervitin) tolerados por el Tercer Reich para ensalzar la fuerza, la resistencia y la eficacia en las unidades de combate de la Wehrmarcht, que el propio Hitler consumió siendo más tarde prohibidos por manifestar claros síntomas y cuadros de psicosis paranoide.
Si bien el perfil médico de semejante personaje me podría resultar a priori indiferente, encontrarme en la portada el sello de Eric Frattini me exige leer, conocer, estar al tanto y reflexionar sobre todo lo que este refutado periodista, corresponsal de guerra, investigador, comunicador, escritor, tertuliano, extraordinario conversador o filántropo humanista me revele entre sus páginas. Eric muestra en todas sus obras una exhaustiva y pormenorizada documentación que aporta a la obra credibilidad, verosimilitud, profundidad y sobre todo veracidad. Todas sus obras ahondan temas de actualidad, de personajes o momentos históricos relevantes y con enorme transcendencia para la humanidad y sobre todo su narrativa es totalmente atractiva, logrando combinar esa tremenda documentación con una precisión quirúrgica para escribir con un ritmo de novela de acción que solo un extraordinario periodista sabe realizar. Finalmente, tal y como sucede con todas las obras de Eric Frattini tras su lectura nos queda un poso de reflexión, así como un gran aporte de historia y de misterio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario