FELIPE II. Hombre, Rey, Mito
Autor: Enrique Martínez Ruíz
No destripo nada si digo de antemano y antes de reseñar este ensayo histórico de Enrique Martínez Ruíz titulado “Felipe II. Hombre, Rey, Mito”, que es el mejor que he tenido ocasión de leer. Hace unos años mi amigo y estudioso Juan Laborda me habló de este catedrático de Historia Moderna y de su pasión por la figura de Felipe II y hasta este momento no tuve ocasión de corroborar la impresionante documentación que acarrea este autor en su dilatada carrera como historiador. Como avanza el titulo Enrique Martínez detalla las tres facetas vitales de uno de los personajes más importantes de nuestra historia. La primera la del hombre que ha de formarse (buscando las referencias de su padre el emperador Carlos V y Don Juan de Zúñiga) con vistas a la responsabilidad que le esperaba como cabeza del mayor imperio nunca conocido. La segunda, la de rey que debe ejercer un gobierno y control permanente sobre ese vasto imperio. Y la tercera, derivada de las dos anteriores y que le eleva su figura a la categoría de mito.
El personaje de Felipe II sin duda ha devorado a la persona. Su figura ha encarnado (sobre todo para la historia anglosajona) a esa España oscura, negra, de fanatismo católico y la dogmática Inquisición. Es cierto que se sintió obligado a mantener la herencia recibida y apostó obsesivamente por la defensa de la fe como baluarte de su reinado. Ello le valió los calificativos de intransigente, radical, dogmático y cruel. Es decir, una serie de denominadores que en ese momento histórico se empleaban en Europa. Gestionó una administración precisa de todas sus posesiones, su mecenazgo artístico le llevo a poseer una de las mayores bibliotecas y pinacotecas del momento, su capacidad de trabajo era asombrosa, desplazó siempre los conflictos bélicos fuera de la Península con fines defensivos, se interesó por la Astrología, el esoterismo, la alquimia y la ciencia en general. En definitiva, era un hombre del renacimiento. El autor comenta sin tapujos las dos leyendas en torno al rey y a España. La leyenda negra (basada sobre todo en la historiográfica anglosajona) y la leyenda aurea, normalmente más valorada y documentada tras su muerte por reyes posteriores.
Mi valoración de "Felipe II. Hombre, Rey y mito" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles y como advertí al inicio de la reseña, el mejor ensayo histórico que he tenido el placer de leer. El trabajo de Enrique Martínez es hercúleo, impresionante, extraordinario, exhaustivo, pormenorizado y otro sinfín de adjetivos calificativos que se quedarían cortos para construir un ensayo donde todos los matices de la vida de un rey como Felipe II no queda indiferente ni sin estudiar. A través de sus páginas podemos conocer quiénes eran las "ayas" que amamantaron al entonces príncipe Felipe, quien fue la persona que le llevó a la pila bautismal, quienes fueron sus fieles consejeros y ayudantes en el campo de batalla, como era un día en la vida del rey, sus quehaceres políticos y bélicos, que cosas le llamaban la atención y cuales le hacian sufrir, quien fue el último cirujano que le sajó la pierna para drenarle sangre ante sus constantes dolores o quien le acompañó en su lecho de muerte. Sin duda, esta obra está destinada a convertirse en una referencia historiográfica que no sólo se centra en la vida y obra del monarca, sino también en su tiempo, su corte, las artes y las letras, la guerra y la paz, la diplomacia y la vida del Siglo de Oro Español en muchos y diferentes ámbitos. El autor ha querido destacar el aspecto humano que en muchas ocasiones ha quedado orillado por "La leyenda negra" y "el mito" en momentos cercanos a su muerte cuando llama a su hijo Felipe III y en el límite de su postración y decrepitud (murió entre fortísimos dolores, pústulas y malos olores) para decirle "Os he llamado para que veáis en que queda todo". A pesar de sus setecientas páginas es una lectura obligatoria para todos los amantes de la historia de España donde el autor no trata de juzgar, sino de comprender y hacer comprender al lector, a conocer la figura de un monarca único, que fue un hombre de su época con sus luces y sus sombras.
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