24 HORAS EN LA ROMA DE NERÓN
Datos Técnicos:
Comentario sobre la obra:
Antes de entrar a valorar la obra, tengo que reconocer que la parte de la historia romana que más me apasiona es la transcurrida por la invasión de los romanos en Hispania o la descrita a través de las vicisitudes de grandes personajes como Julio César o por los denostados como Nerón. En "24 horas en la Roma de Nerón" me gustaría destacar la portada con un "supuesto" Nerón viendo el incendio de Roma acaecido bajo su reinado en junio del 64 desde lo alto de uno de sus palacios y tocando la lira (tal y como describe la leyenda) y a los pies del título la descripción "una inmersión en la vida cotidiana de la capital del imperio". La aparición de la figura de Nerón como posible artífice de dicho incendio del centro de Roma para aprovecharse y apropiarse de grandes superficies del espacio público no me resulta para nada atractivo ni tan siquiera veraz. Me despierta la curiosidad el poder conocer de la mano de un refutado historiador como era vida cotidiana en la capital del Imperio en el reinado de Nerón, tanto en la corte como a través de las estrechas, sucias, lúgubres y peligrosas calles de los barrios más populares y a su vez conocer la vida de los ricos patricios o de los plebeyos y esclavos. El autor elige el año 62 para establecer esta inmersión en la cotidianidad romana por ser una fecha que constituye un hito en su reinado, pues es un periodo que transcurre al asesinato de Agripina y en el que se incrementan de modo reseñable los crímenes y las purgas. Sin dejarse influenciar por los textos clásicos como únicas fuentes historiografías, el autor añade a su exhaustiva y contundente documentación en aportaciones arqueológicas, epigráficas y numismáticas es muy relevante y esclarecedora.
Mi valoración personal de "24 horas en la Roma de Nerón" es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles. El autor, usando la figura de un esclavo liberado llamado Aniceto como narrador, demuestra una gran valentía al retomar la recreación de una jornada en la roma imperial bajo el mandato del controvertido Nerón, a quien la historia ha tratado como un príncipe mal conocido y presentado de forma ridícula. La obra bien podría definirse como una guía para curiosos y amantes de Roma. Describe con extraordinario rigor la vida del pueblo en el periodo de este emperador con agilidad, facilidad y sobre todo claridad y fidelidad. Narrando las vicisitudes del pueblo (prostitutas, comerciantes, chambelanes, esclavos, senadores, catadores de alimentos, etc), así como la de las mujeres, que, si bien no ocupan poderes institucionales, ocupaban el lugar central de la corte. Los sentimientos del pueblo contra su emperador también quedan perfectamente plasmados en las conversaciones en las termas, en los juegos o en el Senado. La arquitectura, transporte y comercio romano queda intachablemente narrada, rememorando el paso de los ruidosos carruajes (Julio César llegó a restringir la circulación de carros durante el día), con los numerosos y poblados puestos de alimentos y oficios situados en las afueras de la ciudad, dejando en el interior de Roma los mármoles para espacios públicos y el ladrillo y la madera para las construcciones más humildes. Todos los emperadores y senadores romanos cuidaron siempre mucho como baluarte de la ansiada paz social la capacidad de satisfacer el hambre y de garantizar el suministro de trigo para toda la población. La inseguridad en las calles de Roma era latente y formaba parte de la vida diaria de sus vecinos, donde la ausencia de planificación urbanística se percibía en la desordenada ubicación de tabernas, prostíbulos (tanto masculinos como femeninos), así como puestos de venta de alimentos y sobre todo una falta de salubridad en la ausencia de instalaciones de alcantarillado que tuvo como consecuencia la aparición de epidemias, hambrunas y sobre todo la presencia de la malaria. Todo ello debido a la fuerte presión demográfica que se vive desde finales de la República. El autor muestra una sociedad fuertemente jerarquizada y con una clara desigualdad desde el punto de vista social y por ende económico, donde las clases dirigentes están obligadas a contribuir a las mejoras de la ciudadanía y la organización de eventos de entretenimiento. El autor también aprovecha para narrar las tradiciones religiosas de los romanos que no estaban solamente volcados con los dioses originales de sus ancestros, sino que se iban enriqueciendo a lo largo de los siglos con otras divinidades recientemente aparecidas, pero siempre con el aval del Senado. El autor se ciñe tanto al circunspecto ámbito de la cotidianidad de la población en la ciudad de Roma que apenas da cuatro pinceladas sobre la importancia de las legiones en dicho periodo.
En resumen, "24 horas en la Roma de Nerón" me ha parecido una guía muy interesante, didáctica y sobre todo de obligada lectura para conocer más los entresijos de la sociedad y la vida en Roma.
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