DONDE NACE EL CIELO
Mi valoración de “Donde nace el cielo” es de MUY RECOMENDABLE, otorgándole 4 tréboles y categoría MAGNA. Esta alta y nueva categoría ha sido creada ex proceso para obras donde la categoría literaria pasa a un segundo plano y prevalecen las emociones y los recuerdos que la obra evoca a lo largo de su lectura.
Antes de entrar a reseñar tan perfecta, sensible, pulcra e intensa novela, quiero comentar que soy un asiduo lector de Miguel Ruiz Montañez desde su primera novela “La tumba de Colón” (Año 2006). No descubro nada si adelanto que el autor no es un historiador al uso, es decir, de cátedra con título académico, pero si es un refutado y pertinaz investigador de legajos colombinos a los que tiene acceso debido a sus numerosos viajes desde hace varios años a Santo Domingo, donde imparte conferencias, charlas incluso participa en diferentes proyectos humanitarios de manera altruista. Es un perfecto conocedor de la historia, la cultura y las costumbres de aquellas inhóspitas y desconocidas tierras que hace años fueron el inicio de un nuevo mundo, de viajes a lo desconocido en búsqueda de riquezas, de supervivencia, de aventuras y sobre todo poder conquistar nuevos territorios para mayor fortuna personal de cada conquistador y gloria y riquezas para la corona de Castilla.
Es una estupenda novela construida desde una narrativa extraordinariamente dinámica, llena de acción, totalmente adictiva, didáctica, auspiciada del brazo de una impresionante documentación colombina que tiene pegado al lector a sus páginas desde el inicio para conocer las vicisitudes diarias de aquellas valientes, temerarias y aventureras mujeres que cogen el hatillo hacia lo desconocido buscando lo que no pueden tener en Castilla o escapando de verdaderos suplicios personales por el simple hecho de haber nacido mujer. Mujeres que parten hacia donde nace el cielo, llenas de ilusiones, de esperanza, de sueños, en busca de un futuro prometedor y halagüeño, hacia un mundo en construcción donde las leyes castellanas carecen de valor tangible, donde prevalece la supervivencia y el afán de crear fortuna y fama incluso a costa de la salud de los pobres, amables, sumisos y cándidos indios taínos. Las adversidades que van a encontrar las hace más fuertes, hermanadas bajo una verdadera y férrea amistad. Una buena novela histórica permite al lector en el deleite de su lectura transportarse de manera imaginaria al momento que describe. “Donde nace el cielo” es algo más, es un viaje real, fidedigno. Un viaje primero en barco, y luego a través de las callejuelas y palacios que se encuentran o construyen nuestros protagonistas y que poco a poco con su trabajo, su tenacidad, su amistad, su esfuerzo, su constancia, su honor y su corazón van a levantar una ciudad distinta, más grande, en algunos aspectos más impersonal, menos humana, pero que dará cobijo a todo tipo de personas, a sus sueños, a sus ambiciones. Una ciudad, la de Santo Domingo que se presenta como un personaje principal de la novela y de la trama, incluso siendo una de las grandes piezas del ajedrez que forman la política, la territorialidad, el poder, la arquitectura, las construcciones suntuosas de los más ricos y poderosos, así como la de los indígenas y el resto de la población. Mostrando un crecimiento acorde a la novela y siendo ella la que en algunos momentos marca el ritmo de la trama al compás de su propio desarrollo. El momento de la construcción de la catedral primada de Santo Domingo guarda unas evidentes similitudes con “La catedral del mar”, y me parece uno de los momentos más bellos, emocionantes, conmovedores y enternecedores de la novela. Otro aspecto humano e histórico que Miguel no deja pasar sin mencionar es la mortandad taina debido a las enfermedades que portaron los europeos en sus repetidos viajes transoceánicos. Del mismo modo, Miguel enfatiza a lo largo de la trama la verdadera entelequia del hombre como tal. Allí donde irrumpe arrastra el veneno de los 7 pecados capitales, siendo estos más mortíferos, humillantes, viles y destructores que las enfermedades europeas. Los personajes son impresionantes. Todos aportan matices y riqueza a la novela para dar al lector un verdadero y veraz testimonio de las vicisitudes de cada uno de ellos, tanto desde la perspectiva de las mujeres como de los hombres, de los nobles y de los indios o todos aquellos que se incorporan a la construcción de ese nuevo mundo.
La historia siempre se ha escrito con los acontecimientos y hechos narrados por los hombres, pero a lo largo de la historia ha habido numerosas mujeres, anónimas o no, que han surgido y marcado el devenir de los acontecimientos más notables de la historia y de la humanidad desde los más desconocidos a los más relevantes.
La ciudad de Santo Domingo es tan importante en el devenir de la vida de Miguel tanto como escritor como personalmente que se encuentra muy cómodo escribiendo sobre ella a través de su historia, sus costumbres, sus creencias religiosas, su sociedad, etc. Esto se percibe en su dilatada carrera literaria y en su última novela “Donde nace el cielo”. En ella describe como la ciudad le embriaga, le habla, le muestra sus luces y sus sombras, los sentimientos del pueblo, en definitiva, le atrae como las legendarias sirenas a los marineros. Las descripciones de la ciudad son sublimes, te invitan a transitar por sus calles, a disfrutar de las fachadas y arquitectura de las casas, a pisar su barro, a sentir el aire y la lluvia durante los tremendos huracanes o terremotos caribeños.
Miguel, perfecto conocedor de la ambigüedad y de la enigmática figura del insigne marino Cristóbal Colón se permite dar pábulo a supuestos pasados corsarios para enriquecer más la trama. Igualmente brinda un homenaje al mestizaje acaecido entre españoles e indígenas, generando un prometedor enriquecimiento humano y social en el nuevo mundo.
Toda esta amalgama de matices personales, datos históricos, geográficos y sociales conlleva a forjar una novela perfecta, redonda, cabal, integra, sincera, verdadera, llena de honor, amistad, amor, compañerismo, confianza, maldad, desarraigo social, abusos, injusticias, siempre fiel a los datos históricos que conquista el corazón del lector dejándolo lleno de emociones, sentimientos llegando a derramar alguna lagrima de satisfacción tras una lectura tan sincera y tan humana.
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